Hablemos de otra cosa más bien desconocida para las propias mujeres. Durante la función sexual masculina y femenina, existe una fase del deseo y de estimulación que puede llevar a la siguiente fase, la excitación sexual: es la percepción de las sensaciones placenteras del sexo y la activación del cuerpo para que este se prepare para el sexo. Si, la excitación es ese momento en el cual tienes placer, sientes cambios en tu cuerpo, esa electricidad o esas cosquillas, esa humedad y ese calor que hacen que quieras seguir adelante buscando más y más placer hasta llegar… ¡al orgasmo!.
Bueno, antes de llegar a ese punto tan anhelado, comprendamos un poco más la excitación, aunque, para ser sincero, solo tocaremos por el momento la excitación genital porque la excitación en general es un tema muy complejo y que trataremos con más detalle otro día.
Existen dos tipos de excitación, una central (mental), ese estado alterado de consciencia en el que eres un animal sensorial y sensual en donde quieres perder el control, devorar o a ser comido, figuradamente, por supuesto. La otra es la excitación periférica (figura a y b), en donde se activa el cuerpo, en hombres se comprueba sin lugar a dudas con la aparición de la erección del pene, este se llena y se pone “tenso” por el exceso de sangre. El equivalente del pene en la mujer es la vulva, por eso, en la excitación periférica “se paran la vergas”, no solo la masculina.
Fuente: Wikipedia
Figura a.
Acá nos referiremos brevemente a la excitación genital, en la cual, los labios menores aumentan de tamaño y cambian de color, el cuerpo del clítoris aumenta de tamaño y se ingurgita, los labios mayores se tienden a separar y los bulbos vestibulares (estructuras vasculares del cuerpo interno del clítoris), aumentan de tamaño (Figura b).
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Figura b.
La “verga” de la mujer, en este caso, es la vulva y cuando esta se “para” no es tan evidente como en el hombre, no hay una erección sino que hay una “vasocongestión o tumescencia” (hinchazón) acompañada (o no) de la lubricación. Varias estructuras se encargan de esto: los labios menores, vagina y clítoris, tanto en su cuerpo interno y externo (figura c).
Fuente: Wikipedia
Figura c.
Además, aparece elevación del útero y agrandamiento de los dos tercios superiores de la vagina. Tenemos que recordar que la vagina es una cavidad virtual, que permanece cerrada la mayor parte del tiempo y que con la excitación tiende a expandirse a lo largo y a lo ancho como si fuera un acordeón (Figura d).
Fuente: Wikipedia
Figura d.
Nota: La excitación central es muy subjetiva y no siempre coincide con la excitación periférica objetiva en las mujeres, es decir, las mujeres pueden tener algún grado de lubricación refleja a pesar de no estar realmente excitadas. O por el contrario, puede estar excitada sin presentar evidencia de sus genitales de dicha excitación.
¿Por qué sucede todo esto?, porque las sensaciones sexuales placenteras terminan por estimular el sistema nervioso parasimpático que, a su vez, aumenta la sensibilidad placentera y activa la circulación arterial y reduce el drenaje venoso. En castellano, se siente rico y entra mucha sangre y sale poca. Este exceso de sangre predispone a la aparición de la lubricación vaginal como la erección en el hombre. El resultado de esta vasocongestión fue llamada de manera muy sugerente como “plataforma orgásmica” por los sexólogos pioneros Masters & Johnson y se supone que tiene efectos muy placenteros además de favorecer la reproducción.
Escrito por: Germán Quiroz. Médico Sexólogo Clínico
