La excitación se caracteriza por la percepción subjetiva de sensaciones placenteras inducidas por la estimulación sexual. En este sentido, la excitación es diferente de la estimulación, la primera hace referencia a la percepción subjetiva, mientras la segunda al acto necesario para activar el órgano erógeno, desde el aparato mental hasta el genital.
La excitación es una fase del funcionamiento sexual que involucra cambios psíquicos y físicos que se encuentran asociados, pero, en algunas ocasiones pueden presentarse de manera aislada. Ejemplo de esto son las erecciones espontáneas en los hombres, sobre todo nocturnas y matutinas, sin que exista el estado de excitación mental. Asimismo, puede ocurrir que algunas mujeres puedan sentirse excitadas sin obligatoriedad de presentar lubricación vaginal.
Es importante mencionar que los cambios fisiológicos que se presentan durante esta fase preparan al individuo para ejercer la actividad sexual y además transforman la percepción de estímulos comunes, de tal manera que se convierten en estímulos placenteros. Aprender a desinhibirse y a excitarse sexualmente en presencia de la pareja sexual es un hito importante que llevan al disfrute erótico pleno.
La fisiología de los fenómenos que ocurren a nivel cerebral en la fase de excitación es menos clara que los que se presentan de manera periférica (como la lubricación y erección). Se sabe que la corteza sensitiva cumple un importante papel en la percepción consciente de las sensaciones eróticas, además, otras importantes estructuras cerebrales involucradas son el diencéfalo y el sistema límbico, con zonas específicas que captan y retransmiten a otras áreas cerebrales los estímulos sexuales, contribuyendo así a generar la percepción erótica.
El fenómeno de excitación periférica es el resultado de una sucesión de reflejos que conectan el cerebro con el sistema autónomo periférico, simpático y parasimpático que están regulados por multitud de factores que incluyen concentraciones sanguíneas de diversas hormonas, procesos cognitivos y estados emocionales.
Es importante mencionar, que dicha fisiología se solapa a la fisiología del deseo, compartiendo con ésta áreas cerebrales, neurotransmisores y hormonas.
Como se ha expuesto, la excitación es un estado subjetivo en el cual la persona experimenta sensaciones agradables con la estimulación corporal o mental, y que generalmente se acompaña de manifestaciones periféricas como la erección del pene en el hombre, y la vasocongestión y lubricación, en la vulva y la vagina de la mujer, respectivamente.
Sin embargo, cuando la persona es incapaz de experimentar la excitación antes o durante la actividad sexual, estamos hablando de un trastorno de la excitación. En este caso, aparece una disminución en la excitabilidad ante los estímulos que supuestamente deberían ser excitantes, además, en el hombre aparece disfunción o fallos eréctiles y, en la mujer, sequedad vaginal y dolor durante las relaciones sexuales.
Hay muchas causas de este problema, por ejemplo, suele aparecer cuando un hay déficit en la estimulación, una pareja poco atractiva, problemas en la relación de pareja, un ambiente poco apropiado, agotamiento, cansancio y distrés. Por otra parte, hay personas que no han aprendido a desinhibirse y a excitarse sexualmente en presencia de su compañero, generalmente por influencia de una educación sexual negativa. Además, otros factores pueden ser psíquicos, físicos o mixtos. Entre los físicos puede estar los problemas vasculares, neurológicos, endoteliales y hormonales; enfermedades como la hipertensión, la diabetes mellitus y algunos medicamentos pueden generar estos problemas. Entre las causas psíquicos están ansiedad de rendimiento, temor al fracaso y exigencia de funcionamiento.
Las fallas eréctiles o “gatillazos”, como se les conoce, son disfunciones eréctiles transitorias y situacionales que se originan por un bloqueo psicológico de la fase de la excitación. En este tipo de fallos, las erecciones matutinas suelen estar conservadas y la persona puede lograr la erección durante la masturbación sin problema. A diferencia de la disfunción eréctil que suele estar presente en condiciones médicas como la diabetes o la hipertensión, los fallos eréctiles suelen estar desencadenadas por falta de experiencia, distracción, inseguridad, miedo o ansiedad. Estos fallos generalmente no responden ante el uso típico de medicamentos tipo “Viagra”.
La mejor manera de enfrentar estos fallos es concientizarse que pueden aparecer de manera normal de vez en cuando. Saber que el cuerpo humano funciona de manera variable y que en ocasiones puede tener mejor o peor rendimiento dependiendo de las circunstancias propias y ajenas. Interiorizar que el objetivo de la relación sexual es tener placer y no obtener una erección, considerada esta, como el medio y no como un fin. En este caso, invitar a la persona a tranquilizarse, dejarse llevar por las sensaciones placenteras de su cuerpo y que ofrece su pareja, para que con esto baje la ansiedad, mejore la seguridad y pueda dar lugar a la excitación.
Los lubricantes son productos diseñados para reducir la fricción que se genera durante la penetración en las relaciones, uso de juguetes sexuales, menopausia, problemas de resequedad, alteraciones de pH y flora vaginal, entre otros. Esta principalmente indicado en momentos en que exista sequedad o molestias por la baja o ausente lubricación natural. El lubricante debe ser aplicado de manera tópica justo antes del acto sexual.
Existe una gran variedad de productos diseñados de manera comercial o artesanal, con diferentes olores, sabores, textura y que ofrecen múltiples experiencias sensitivas. Debe tenerse cuidado a la hora de elegir, especialmente los que se elaboran a partir de aceites, vaselina y mineral que pueden interactuar con los condones de látex o los diafragmas y hacer que sean menos efectivos para la prevención de los embarazos y las infecciones de transmisión sexual.
Los lubricantes recomendados para el uso asociado a métodos de barrera son los que se elaboran a base de agua o siliconas.
Existen algunos lubricantes naturales, como el aceite de oliva, coco, aguacate o maní, aunque debe tenerse precaución dado que algunas personas pueden presentar irritación o alergias por lo que se recomienda que se realiza una prueba sobre la piel antes de su uso.
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Pereira – Armenia – Manizales
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