Tengo un problema sexual o de pareja, ¿es mejor que vaya a un psicólogo o a una psicóloga? ¿o es mejor que acuda a una sexóloga o a un sexólogo?
Lo cierto es que la respuesta va a depender de numerosos factores, principalmente, las causas que están produciendo las dificultades sexuales o de pareja. Con lo cual, a veces, con una simple descripción de la problemática, se puede orientar a la persona acerca del profesional más adecuado para atenderla, y a veces, será durante la evaluación detallada del problema cuando quede más claro qué profesional puede ofrecerle una mejor atención.
Cuando el problema está causado por un trastorno psicológico, usualmente lo adecuado es un psicólogo, pero cuando el problema no se debe a ningún trastorno psicológico, sino que se relaciona con la historia sexual, falta de educación sexual, falta de compenetración erótica con la pareja, pautas eróticas inadecuadas, falta de conocimiento del propio erotismo… una sexóloga o un sexólogo pueden ser de mucha ayuda.
Por ejemplo, imaginemos un caso de falta de deseo sexual. En un primer momento, la persona o la pareja puede decidir acudir al sexólogo, puesto que es una dificultad relacionada con su sexualidad. Pero si durante la evaluación o la toma de información, la sexóloga o el sexólogo encuentran que la ausencia de deseo está claramente relacionada con una depresión, por ejemplo, lo adecuado en este caso sería que derivara el caso a un psicólogo o una psicóloga que lo atendiera adecuadamente.
Imaginemos un caso aparentemente similar, una pareja que acude a la consulta de sexología también por una falta de deseo. Pero en la toma de información se observa que la ausencia de deseo parece muy relacionada con el hecho de que la persona que no desea no ha disfrutado excesivamente de las relaciones sexuales que ha tenido anteriormente con esa pareja (ya sea por no conocerse, por tener dificultades para expresar sus gustos eróticos, por falta de compenetración entre la pareja, por distintos ritmos o preferencias eróticas en la pareja que no han sabido negociar adecuadamente, porque no han aprendido a acariciarse o estimularse adecuadamente…). En este caso, muy probablemente, la orientación de una sexóloga o un sexólogo pueda serles de mucha ayuda.
En cualquier caso, lo idóneo es que los distintos profesionales (de la medicina, la psicología, la sexología, la fisioterapia, el trabajo social, la enfermería…) cuenten con el apoyo, la orientación, los conocimientos, y la experiencia, de los expertos de otros campos cuando sea necesario, de forma que puedan derivar cuando la ocasión lo requiera, o trabajar en coordinación, y de esta forma garantizar la mejor intervención posible con cada persona o pareja si es el caso.