Educación sexual

Historias de sexología #01

0
(0)

Nací de un matrimonio campesino en 1971. Desde el primer trimestre del embarazo de mí, mi padre se fue de casa dejando el hogar en manos de mi madre con mis hermanos todos pequeños quienes les toco trabajar para llevar la obligación al igual que a mi madre en lo que resultara.

Mi padre regreso a casa meses después de yo haber nacido obligado por la autoridad.  Desde que tuve uso de razón en mi familia solo se veía maltrato tanto para mi madre como para nosotros, mi padre machista 100%, mujeriego, borracho incluso mis dos hermanos mayores también lo hacían. Nunca me sentí querido por él, nunca un detalle, una palabra bonita, una caricia, etc.

Mi padre no nos daba estudio, todos mis hermanos mayores analfabetas por que los obligaba trabajar para el, yo logré estudiar por que mi madre se enfrento contra todo para que lo hiciera, con muchas necesidades y esfuerzos pude lograr hacerlo.

En mi época escolar (7- 8 años) yo sentía inclinación por el sexo opuesto y hablaba de mis novias y si me daban la oportunidad de un beso o una caricia yo lo hacía y me sentía bien, fue pasando el tiempo (9 -10 años) y yo provocaba encuentros sexuales con mis compañeritas de curso, mis primas y vecinas, de desnudarnos, besarnos y creer haber tenido sexo, para mí eso era lo máximo sentía que estaba siendo como era mi padre y mis hermanos. En esta época fui abusado varias veces por hombres mayores allegados a mi familia con tocamientos y ver como ellos se masturbaban. Nunca me atreví a decir nada con mis padres o hermanos, me daba temor de ellos y pena; llegué a creer que eso era normal.

Luego de los 10 años empecé a sentir más atracción por personas del mismo sexo, por mis compañeritos, los primos y hasta los novios de mis hermanas me parecían atractivos.  En esta época uno de mis hermanos mayores empezó a tener contactos sexuales conmigo, me tocaba, me ponía a tocarlo a el, a masturbarlo y hasta llego a vestirme de mujer y hacerme creer que yo era su pareja y como era tan borracho me puso a hacer el papel de mujer de burdel para atenderlo en la mesa y demás.  Yo seguía viéndolo normal, no me parecía un delito ni algo fuera del común, además lo disfrutaba.

Fue pasando el tiempo y yo continuo igual con ese deseo desbordado por el sexo con personas del mismo sexo, me fascinaba masturbarme viendo un hombre así fuera solo en ropa interior, todo me provocaba morbo y malicia, no importara quien fuera una cosa desbordante. Tocar los hombres mientras dormían se me convirtió en una adicción, como también mirarlos mientras orinaban o se duchaban.  Todo esto se me fue convirtiendo en algo normal.

Así fui madurando en edad y la situación ya se me había convertido como en una adicción así lo percibo, le di rienda suelta a todos los impulsos sexuales y buscaba cada vez mas las oportunidades de encuentros sexuales así solo fuera de mirar y masturbarme.  El gusto por las mujeres se había desaparecido por completo, me disgustaba cuando una mujer me miraba o me decía palabras comprometedoras, me sentía acorralado cuando esto pasaba.  En mi vida sentimental solo quería tener novio no compromisos y aun teniendo a alguien a mi lado yo continuaba buscando oportunidades por fuera como algo insaciable.

Siempre sentí temor de mi familia, de mis padres de reconocer mi condición sexual, siempre fue todo a escondidas incluso con mis amigos y allegados yo fingía tener novia por vergüenza y miedo al rechazo.  Tomaba licor y visitaba burdeles, pero no con el fin de buscar mujeres, por el contrario de ver hombres y hasta llegar a sentirme haciendo el papel que ellas hacían allí, eso me satisfacía.

Así paso el tiempo, logre terminar el colegio, me quedé en el pueblo y en la finca hasta que logre salir de allí y llegue acá a la ciudad donde todo seguía siendo igual y hasta más por que había mas sitios para visitar, mas oportunidades y todo seguía siendo más normal para mí. Aquí empecé a normalizar más la situación pues creía que si otros lo hacían era por que era algo normal.  Continúe luchando la vida desde lo laboral pero cada día sentía que necesitaba ser mas aceptado por las personas y empecé a trabajar desde el orgullo, la vanidad, etc con tal de verme mejor cada vez para los demás.

Tuve muchos pretendientes, pero nunca una relación estable me parecía que era mejor solo para poder disfrutar mejor.  A la edad de 26 años llego a mi vida un hombre que me enamoro en su totalidad desde el primer día en que lo vi y así mismo fui yo para el, iniciamos una relación muy fuerte a los 6 meses de conocernos nos fuimos a vivir juntos hasta cumplir casi 23 años.  Lo más difícil para mi es que siendo la persona a quien amaba, quien me llenaba en todos los aspectos no era suficiente para yo controlar mi desbordante situación sexual, yo seguía igual.

Con el me hice profesional, logré tener las comodidades materiales que nunca había tenido y que había soñado tener, pero la gran mayoría de dificultades de pareja fueron por que el empezó a darse cuenta de mi comportamiento aberrante.  Cada vez que el me sorprendía peleábamos, pero volvíamos a continuar con el compromiso que yo cambiaria, yo siempre creí que desde mi voluntad podía hacerlo aunque el siempre me insistía buscar ayuda profesional a la cual yo me negaba por miedo, vergüenza, etc.

Los sobrinos y sobrinas de el, los vimos crecer juntos y para mi llegaron a ser mis sobrinos, nunca se me paso por la mente acercarme a ellos con deseos sexuales pero se fueron dando las oportunidades y no fui capaz de controlar mis impulsos, ni siquiera de medir las consecuencias que esto podría traerme no solo de pareja si no también familiar y/o judicial, jamás se me paso por la mente, solo era el deseo desbordante que me llevaba el impulso.  Nunca imagine forzar ni obligar un menor por el contrario me parece algo salido de tono, lo que sucedió fue consentido tanto que se repetía por que ellos lo buscaban y así para mi todo seguía siendo normal.

Desde mi fe en Dios, siempre le rogué que me cambiara que me diera voluntad para no caer en estas situaciones, pero me era imposible controlar estos impulsos e incluso dejar de visitar los sitios y de buscar las oportunidades.  Se llego el momento de destaparse todo lo que había sucedido con los menores lo que destruyo mi vida de pareja, familiar y en todos los aspectos, en estos momentos llegué a pensar en suicidarme no encontrando salida a esto tan difícil, me encerré en mi mismo por que no encontraba a quien contarle o pedirle ayuda.  Mi apoyo ha sido mi expareja quien a pesar de lo sucedido sigue a hi a mi lado dándome apoyo mientras se define la situación judicial.

Así pues, inicie la búsqueda de ayuda por especialistas como psiquiatría, psicología y sexología, ayuda que me ha servido para pensar la vida desde otra perspectiva y dar sentido a las realidades que se van presentando. En el momento estoy medicado y dedicado a realizar actividades de dispersión como deporte, lectura, pero si es algo muy difícil de lo cual me culpo todos los días y eso me hace sentir que soy lo peor, que no debí existir y muchas cosas más.  Además la culpa tan grande que siento de haber dañado una relación como la que llevaba y con una persona tan buena como es el. Esa culpa es la que no me deja avanzar mas

Él ha estado en en tratamiento Sexológico con el Dr. Germán Quiroz, su proceso ha evolucionado satisfactoriamente y su sexualidad continúa en rehabilitación. Su tratamiento se ha enfocado en terapia psicológica y terapia sexual para sanar sus heridas del pasado, superar traumas y culpas para favorecer su salud mental, relacional y sexual presente.  

Nos reservamos su identidad por confidencialidad 

¿Te fue útil este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *